Faltan pocos días para que los españoles acudamos a las urnas, y que con nuestro voto decidamos el futuro Gobierno de España. Hasta ese día, los representantes de las distintas formaciones políticas se esfuerzan por hacernos propuestas que, desde la distancia crítica, casi nunca vemos después reflejados en los Presupuestos Generales del Estado, y de hacerlo lo más probable es que no se ejecuten. Tenemos sobrados ejemplos de ello.
Y es ahí donde queremos los empresarios de Almería centrar el foco, en lo importante, lo esencial y lo demás vendrá por añadidura, porque estamos convencidos de que sin “eso” no habrá futuro posible. Y sí, es agua lo que necesita una Almería sedienta para alcanzar ese futuro que, de otro modo, quedará lastrado para siempre, y con él empleos, familias, así como generaciones de personas que han transformado la aridez en progreso y bienestar.
Hay zonas de nuestra provincia que padecen una situación desesperada, como consecuencia de la falta de precipitaciones, pero también, a veces, por la ausencia de acciones políticas que reviertan esta situación.
El déficit hídrico de nuestra provincia, según la estimación de la Mesa del Agua de Almería, con vistas al año 2030, es de 300 hm3, 180 hm3 por desalación, necesitando la producción de 50 hm3 de agua desalada para riego en la Comarca del Almanzora; 6 hm3 para los regantes de Adra (proyecto en embrión); 50 hm3 para la zona de Carboneras y Níjar; 70 hm3 para el Poniente, aumentando de los 30 a 40 hm3 en la desaladora del Campo de Dalías y construyendo otra de 20 hm3 ampliable hasta los 30 hm3. Dicho esto, lo que verdaderamente necesitamos los empresarios y los almerienses, en su conjunto, son acciones concretas que nos hagan desterrar la falibilidad, de las palabras más que de las acciones, que desde hace décadas escuchamos, en una evidente disonancia entre el decir y el hacer. Y que dichas actuaciones, por cierto, sean sostenibles.
La provincia de Almería tiene cinco desaladoras, pero solo funcionan tres, la de Carboneras, Balerma y el Bobar. ¿Y el resto? Tanto la desaladora de Mar de Alborán como la del Bajo Almanzora son víctimas de retrasos. Concretamente, a la del Bajo Almanzora la han acompañado las demoras y las confrontaciones políticas desde hace prácticamente una década, tiempo del que no disponemos en Almería. Si a ello le unimos que Marruecos ha anunciado recientemente un plan para instalar unas 20 plantas desalinizadoras para antes del 2030 y hacer frente así a la falta de agua, pueden sacar ustedes sus propias conclusiones.
A los empresarios de Almería, nos preocupa el futuro de esta tierra, y, de hecho, cada día intentamos atisbar los problemas que se avecinan para ponerles solución. En ello nos va la supervivencia. Es evidente que solos no podemos, por ello, y en estos días previos a unas elecciones generales insistimos en la necesidad de planificar, a la par que exigimos a los partidos políticos que miren de frente las amenazas del futuro y no se centren únicamente en las recompensas del presente.
Publicado en Diario de Almería