La guerra en Ucrania ha agravado aún más los problemas del precio de la energía y los combustibles que ya teníamos y que veníamos denunciando hace meses desde Asempal.
Los costes desorbitados están estrangulando a todas las empresas de Almería y repercuten en el ecosistema económico de la provincia, afectando a la producción, el consumo y el empleo.
Las empresas del sector industrial intentan reorganizar y reordenar su producción, pero la escalada de precios se dispara en cuestión de minutos y cada vez tienen menor capacidad para actuar.
También estamos muy preocupados por el impacto de estos precios en la industria agroalimentaria, en el comercio minorista, en el transporte, construcción, turismo…, y especialmente en los pequeños negocios, pymes y autónomos que tienen enormes dificultades y están muy tocadas después de dos años de actividad condicionada por la pandemia.
Desde Asempal estamos recogiendo la inquietud de nuestros asociados ante una coyuntura que no hace más que empeorar, pero es muy difícil cuantificar, en estos momentos, la mella en pérdidas que, si este escenario persiste, va a tener en las empresas.
Ante esta situación, se hace imprescindible una reducción de impuestos en la energía, lo que depende del Gobierno, y una revisión del sistema de fijación de los precios energéticos, que depende de la Unión Europea.